Estamos a las puertas del inicio de una carrera nominal. No importa si creceremos mucho, poco o caigamos, lo seguro es que vamos a tener inflación.
Políticas equivocadas nos llevaron a despertar un monstruo que habíamos mandado al exilio a un costo exorbitante (y para muchos injustificado) en términos sociales. Ahora tenemos desempleo, pobreza e indigencia estructural bastante más alta que a finales de los ochenta, pero de vuelta tenemos inflación. Algunas personas piensan que el retorno de la bestia en los 00s se trata de un problema básico del modelo de tipo de cambio real alto y estable que se auspicio desde la UBA. Nosotros (que hicimos el grado en la UBA) creemos que el modelo de tipo de cambio alto es inflacionario y tarde o temprano uno se ve forzado a bajarlo. Pero esto no significa que la trinidad imposible sea de cumplimiento instantáneo. Varios países del sudeste asiático demostraron que un gobierno decidido, montado sobre una dirección socialmente consensuada de desarrollo económico, puede seguir una estrategia de export led growth basada en el tipo de cambio alto por décadas, aunque probablemente con la pata de “libre movilidad de capitales” medio mutilada. Pero el fuerte ingreso de capitales no fue un problema argentino de esta década. El problema que tuvo el modelo de tipo de cambio koreano en Argentina fue que ni el gobierno, ni los sindicato, ni los empresarios eran koreanos. Entonces hubo algunos pequeños deslices: la inversión fue en su mayoría a comprar ladrillos (“porque yo en un banco no la pongo ni en pedo y en dólares no me conviene”) pero los grandes no se pusieron con fierros a la altura de las circunstancias, pasamos de salarios de indigencia a pedir aumentos del 40% y por supuesto, el gobierno…ah, que cosa fenomenal: hay que ser un maestro de la mandolina para entender lo que quisieron hacer. Imagínense: uno quiere tener un “tipo de cambio real alto y estable” para encarar una estrategia de desarrollo que nos permita exportar bienes de alto valor agregado, OK? Bueno, ahora, de golpe y porrazo te suben un montón los precios de los commodities que vos exportas. Que haces? Si te quedas piola te van a tapar las importaciones y te van a arrasar todo lo no-commodity. Entonces apostas por el tipo de cambio alto:
a) Metes retenciones a las exportaciones de las commodities que mas subieron de precio y la guita la pones en un fondo anticíclico afuera del país, así no te genera inflación y de paso te va a dar una mano cuando vengan las vacas flacas.
ó
b) No tocas los impuestos al comercio exterior porque también querés incentivar la producción de sectores tradicionales. Pero te mandas un buen ajuste fiscal (bueno y silencioso, de ser posible) que te descomprima el boom de demanda que te van a generar todos esos dólares. Con el superávit fiscal comprás verdes, y con los verdes… arafue!
Pero no hicieron ni A (con el que se habrían comido las puteadas de la gente del campo en pos de que todos estemos mejor mañana) ni B (con el que habrían recibido flores del campo y puteadas de los que sufrieran el ajuste fiscal, todo en pos de que todos estemos mejor mañana). Ellos hicieron C!!!
c) Le metes retenciones a las expo de commodities (bien, descomprimís el dólar!!), pero con la plata te pegas una orgía fiscal de la ostia (no, no, cheeeee) cosa de que no te alcance ni el Toto bingo de precios internacionales que te acabas de manotear.
Traduciendo: si querés tipo de cambio alto y viene un shock de precios de exportación altos (que te BAJAN el tipo de cambio de equilibrio), tenés que hacer algo para enfriar la demanda interna, cosa de que no se te dispare la inflación (que te BAJA el TC real) por la monetización del ingreso de divisas, o buscarle la vuelta para que esos dólares no lleguen en malón a la economía. Pero, a estos muchachos les pareció mejor DUPLICAR el gasto público en 2006-07 (lo que parece que recalienta, un poquitín, la demanda interna). En ese momento, el público presente, horrorizado, exclama WTF?!?! Duplicar el gasto público?? No entendieron nada?!?! Ellos hablaban de TCR alto?!?! WTF again!!!
Como en economía no se pueden hacer experimentos controlados, estamos medio jodidos a la hora de ver si en Argentina hubiese funcionado un tipo de cambio koreano. La realidad es que la orgía ya se hizo. Lo siento, es así. Lo lamento si te la perdiste. Espero que tengas lindos recuerdos si estuviste ahí. A los partidarios del TCR alto y estable les queda el consuelo de pensar que semejante guarangada fiscal hubiese enterrado cualquier plan económico, llámese Convertibilidad, Austral, Tablita, Plano Real,…
La noción de irreversibilidad de la orgía nos llegó cuando el gobierno decidió truchar los índices de inflación. Como quien prepara la mochila para un largo viaje, estos tipos desmantelaron el prestigio del INDEC con barras bravas y ninjas campeones de kung fu (o algo así). Para cuando empezaron los enfrentamientos con Patricia Giménez, la directora de las estadísticas mendocinas, la cosa ya estaba clarísima: la carrera nominal ya había empezado y le estábamos dando a algunos (precios, salarios) ventaja en la largada, nada más.
Políticas equivocadas nos llevaron a despertar un monstruo que habíamos mandado al exilio a un costo exorbitante (y para muchos injustificado) en términos sociales. Ahora tenemos desempleo, pobreza e indigencia estructural bastante más alta que a finales de los ochenta, pero de vuelta tenemos inflación. Algunas personas piensan que el retorno de la bestia en los 00s se trata de un problema básico del modelo de tipo de cambio real alto y estable que se auspicio desde la UBA. Nosotros (que hicimos el grado en la UBA) creemos que el modelo de tipo de cambio alto es inflacionario y tarde o temprano uno se ve forzado a bajarlo. Pero esto no significa que la trinidad imposible sea de cumplimiento instantáneo. Varios países del sudeste asiático demostraron que un gobierno decidido, montado sobre una dirección socialmente consensuada de desarrollo económico, puede seguir una estrategia de export led growth basada en el tipo de cambio alto por décadas, aunque probablemente con la pata de “libre movilidad de capitales” medio mutilada. Pero el fuerte ingreso de capitales no fue un problema argentino de esta década. El problema que tuvo el modelo de tipo de cambio koreano en Argentina fue que ni el gobierno, ni los sindicato, ni los empresarios eran koreanos. Entonces hubo algunos pequeños deslices: la inversión fue en su mayoría a comprar ladrillos (“porque yo en un banco no la pongo ni en pedo y en dólares no me conviene”) pero los grandes no se pusieron con fierros a la altura de las circunstancias, pasamos de salarios de indigencia a pedir aumentos del 40% y por supuesto, el gobierno…ah, que cosa fenomenal: hay que ser un maestro de la mandolina para entender lo que quisieron hacer. Imagínense: uno quiere tener un “tipo de cambio real alto y estable” para encarar una estrategia de desarrollo que nos permita exportar bienes de alto valor agregado, OK? Bueno, ahora, de golpe y porrazo te suben un montón los precios de los commodities que vos exportas. Que haces? Si te quedas piola te van a tapar las importaciones y te van a arrasar todo lo no-commodity. Entonces apostas por el tipo de cambio alto:
a) Metes retenciones a las exportaciones de las commodities que mas subieron de precio y la guita la pones en un fondo anticíclico afuera del país, así no te genera inflación y de paso te va a dar una mano cuando vengan las vacas flacas.
ó
b) No tocas los impuestos al comercio exterior porque también querés incentivar la producción de sectores tradicionales. Pero te mandas un buen ajuste fiscal (bueno y silencioso, de ser posible) que te descomprima el boom de demanda que te van a generar todos esos dólares. Con el superávit fiscal comprás verdes, y con los verdes… arafue!
Pero no hicieron ni A (con el que se habrían comido las puteadas de la gente del campo en pos de que todos estemos mejor mañana) ni B (con el que habrían recibido flores del campo y puteadas de los que sufrieran el ajuste fiscal, todo en pos de que todos estemos mejor mañana). Ellos hicieron C!!!
c) Le metes retenciones a las expo de commodities (bien, descomprimís el dólar!!), pero con la plata te pegas una orgía fiscal de la ostia (no, no, cheeeee) cosa de que no te alcance ni el Toto bingo de precios internacionales que te acabas de manotear.
Traduciendo: si querés tipo de cambio alto y viene un shock de precios de exportación altos (que te BAJAN el tipo de cambio de equilibrio), tenés que hacer algo para enfriar la demanda interna, cosa de que no se te dispare la inflación (que te BAJA el TC real) por la monetización del ingreso de divisas, o buscarle la vuelta para que esos dólares no lleguen en malón a la economía. Pero, a estos muchachos les pareció mejor DUPLICAR el gasto público en 2006-07 (lo que parece que recalienta, un poquitín, la demanda interna). En ese momento, el público presente, horrorizado, exclama WTF?!?! Duplicar el gasto público?? No entendieron nada?!?! Ellos hablaban de TCR alto?!?! WTF again!!!
Como en economía no se pueden hacer experimentos controlados, estamos medio jodidos a la hora de ver si en Argentina hubiese funcionado un tipo de cambio koreano. La realidad es que la orgía ya se hizo. Lo siento, es así. Lo lamento si te la perdiste. Espero que tengas lindos recuerdos si estuviste ahí. A los partidarios del TCR alto y estable les queda el consuelo de pensar que semejante guarangada fiscal hubiese enterrado cualquier plan económico, llámese Convertibilidad, Austral, Tablita, Plano Real,…
La noción de irreversibilidad de la orgía nos llegó cuando el gobierno decidió truchar los índices de inflación. Como quien prepara la mochila para un largo viaje, estos tipos desmantelaron el prestigio del INDEC con barras bravas y ninjas campeones de kung fu (o algo así). Para cuando empezaron los enfrentamientos con Patricia Giménez, la directora de las estadísticas mendocinas, la cosa ya estaba clarísima: la carrera nominal ya había empezado y le estábamos dando a algunos (precios, salarios) ventaja en la largada, nada más.
¿Como se veía en octubre 2007 la carrera nominal? La fenomenal presión de demanda (remember, el gasto público primario estaba creciendo a un 46% a/a en el acumulado de 12 meses –WTF for the third time!-) disparó los precios, que a su vez obligaron a los sindicatos a pedir nuevos aumentos salariales una vez superadas las elecciones. Pero todavía faltaban dos corredores rezagados: el dólar y las tasas de interés. Por el lado de las monedas, el Tipo de Cambio Real Multilateral ni se mosqueó, porque parecía que las monedas de Brasil, Europa y China eran la panacea y se re apreciaron. Es decir, a pesar de tener mucha inflación en Argentina, no nos hicimos más caros que el resto, porque los demás países apreciaron sus monedas, así que de una forma u otra, todos subimos nuestros precios en dólares y no pasó nada. El inicio de la crisis subprime en EEUU en agosto 2007 hizo que se observaran señales de vida con los corredores retrasados: por el lado de las tasas, la badlar saltó de 10% a 14% y la call también, por el lado del dólar, no pasó nada (sólo una sutileza: se inició la corrida al dólar más feroz desde la crisis del 2001, pero no importa cheee, porque el dólar se mantuvo en 3,15 $/u$s).
6Pero tenemos la suerte de que Dios es Argentino (o Brasileño? O mejor, Venezolano o Ruso??) y las commodities subieron un montón en el cuarto trimestre 07 y el primer semestre 08, en especial las agrícolas y las energéticas (todavía somos exportadores netos de petróleo? Yabadabadoo!!). Volvimos a la disyuntiva: que hará el Gobierno esta vez: A, B o C? A ver, suben bastante las retenciones (descartamos B), moderan la payasada fiscal (nos ilusionamos con A), suben más las retenciones (requete descartamos B). Pero pasó el tiempo y la cosa se parecía otra vez a C: el gasto primario siguió subiendo más del 30% a/a y la última suba de retenciones terminó en un quilombo bárbaro (que mató dos pájaros de un tiro: por un lado permitió que la cantidad de exportaciones agrícolas CAYERA en el trimestre de mejores precios en dos siglos; y por el otro, reinició la caída en los depósitos bancarios y alimentó la feroz fuga de capitales, una jugada magistral). Por el lado de las monedas, todo el mundo siguió haciendo malabares para que el peso argentino siguiera “barato”: el euro se fue de 1,40 a 1,60 por dólar y en Brasil el dólar cayó de 2,15 a sólo 1,56 reales. Igual, como el gobierno es el campeón de las políticas inconsistentes, bajó el dólar a tres mangos para “castigar a los especuladores”. Realmente creían que el Euro se iba a ir a 4 dólares? Que el dólar en Brasil se caía a 0,5 reales? O capaz que se compraron el verso del gordo éste, que dice que los EEUU van a cambiar su dólar por monedas de chocolate. Dios mío, parece que estos tipos también son los campeones mundiales del pelota-paleta, es in-cre-i-ble. Soja a u$s 1.000 la tn, leche a u$s 10.000, y monedas de chocolate para todo el mundo!!!
Pero de repente paso lo impensado: Hank Paulson se dio el gusto de echarle un fuck you gigante a Lehman Bros, y parece que no es lo mismo cagarte en la competencia cuando sos el CEO de Goldman que cuando sos el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Entonces se complico realmente la cosa afuera y de a ratitos parecía que en serio era el fin del mundo. Un poco antes, ya había empezado el derrumbe desde las alturas de los precios de las commodities y de las monedas vs el USD. Ahí nos dimos cuenta como era la papa: si te suben tus precios de exportación podes:
1) Tomar medidas para evitar la apreciación real de tu moneda (las opciones A y B anteriores), porque crees que un tipo de cambio real alto y estable es el camino al crecimiento export led. Digamos, China.
2) Dejar que tu moneda se aprecie y que la gente disfrute de importaciones baratas. Digamos, Australia.
3) Algún camino intermedio: ir amortiguando la apreciación, pero aceptando que no podes frenarla del todo. Digamos, Perú.
4) El camino fantástico latinoamericano. Tomar medidas para evitar la apreciación real de tu moneda (retenciones, control cambiario, …), pero después agarrar los dólares y meterlos de vuelta en la economía vía gasto publico. Tu gente disfruta de importaciones baratas, pero la apreciación es por vía inflacionaria (la opción C de las anteriores). Digamos, Venezuela o Argentina.
El problemón de elegir “4” es que cuando se da vuelta la cosa y caen tus precios de exportación, seguro que quedas mal parado, en especial si uno no tiene los 83 mil palos verdes (limpitos, netos de deuda) que tiene el Comandante.
Hoy Argentina tiene que depreciar su moneda, no hay demasiadas alternativas. El precio de lo que exportamos se hizo pelota, la fuga feroz se acentuó en el segundo semestre 08 y además las monedas de nuestros vecinos se depreciaron fuerte contra el billete verde.
El gran problema que tenemos es que la única ancla nominal que le quedaba firme a esta economía era el dólar: no hay estabilidad de precios y no hay unidad de indexación de referencia (CER, yeah right!). Además, el superávit fiscal que todavía tenemos tiene el mismo problema que el resto de la economía: los ingresos por retenciones bajan (y los que están asociados a nivel de actividad se planchan), pero con una inflación de 22% interanual (guesstimated by several private consultants and provinces) a octubre, parece muy difícil que el gasto publico suba menos de 20% en 2009. En especial, si se tiene en cuenta que, como dice Roubini, the recession train has left the station y sería bastante kamikaze hacer política fiscal contractiva en una economía que presenta una desaceleración, y justo en un año electoral.
Hasta ahora, el BCRA intervino para evitar una marcada depreciación del peso, por miedo a que se genere una corrida contra los bancos. Pasa que la demanda de dinero es una gelatina, en la medida que la gente se va despidiendo de toda ancla nominal. Además, el Gobierno aumentó la incertidumbre al mandar a los ninjas a las casas de cambio y estatizar las AFJP.
Pero de repente paso lo impensado: Hank Paulson se dio el gusto de echarle un fuck you gigante a Lehman Bros, y parece que no es lo mismo cagarte en la competencia cuando sos el CEO de Goldman que cuando sos el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Entonces se complico realmente la cosa afuera y de a ratitos parecía que en serio era el fin del mundo. Un poco antes, ya había empezado el derrumbe desde las alturas de los precios de las commodities y de las monedas vs el USD. Ahí nos dimos cuenta como era la papa: si te suben tus precios de exportación podes:
1) Tomar medidas para evitar la apreciación real de tu moneda (las opciones A y B anteriores), porque crees que un tipo de cambio real alto y estable es el camino al crecimiento export led. Digamos, China.
2) Dejar que tu moneda se aprecie y que la gente disfrute de importaciones baratas. Digamos, Australia.
3) Algún camino intermedio: ir amortiguando la apreciación, pero aceptando que no podes frenarla del todo. Digamos, Perú.
4) El camino fantástico latinoamericano. Tomar medidas para evitar la apreciación real de tu moneda (retenciones, control cambiario, …), pero después agarrar los dólares y meterlos de vuelta en la economía vía gasto publico. Tu gente disfruta de importaciones baratas, pero la apreciación es por vía inflacionaria (la opción C de las anteriores). Digamos, Venezuela o Argentina.
El problemón de elegir “4” es que cuando se da vuelta la cosa y caen tus precios de exportación, seguro que quedas mal parado, en especial si uno no tiene los 83 mil palos verdes (limpitos, netos de deuda) que tiene el Comandante.
Hoy Argentina tiene que depreciar su moneda, no hay demasiadas alternativas. El precio de lo que exportamos se hizo pelota, la fuga feroz se acentuó en el segundo semestre 08 y además las monedas de nuestros vecinos se depreciaron fuerte contra el billete verde.
El gran problema que tenemos es que la única ancla nominal que le quedaba firme a esta economía era el dólar: no hay estabilidad de precios y no hay unidad de indexación de referencia (CER, yeah right!). Además, el superávit fiscal que todavía tenemos tiene el mismo problema que el resto de la economía: los ingresos por retenciones bajan (y los que están asociados a nivel de actividad se planchan), pero con una inflación de 22% interanual (guesstimated by several private consultants and provinces) a octubre, parece muy difícil que el gasto publico suba menos de 20% en 2009. En especial, si se tiene en cuenta que, como dice Roubini, the recession train has left the station y sería bastante kamikaze hacer política fiscal contractiva en una economía que presenta una desaceleración, y justo en un año electoral.
Hasta ahora, el BCRA intervino para evitar una marcada depreciación del peso, por miedo a que se genere una corrida contra los bancos. Pasa que la demanda de dinero es una gelatina, en la medida que la gente se va despidiendo de toda ancla nominal. Además, el Gobierno aumentó la incertidumbre al mandar a los ninjas a las casas de cambio y estatizar las AFJP.
Con el gobierno alimentando la incertidumbre y el BCRA restringido en su margen de maniobra, el peso argentino se hizo súper caro. En octubre, el TCRM (base dic01=1) era de apenas 1,81 (y cayendo), teniendo en cuenta que en febrero estaba en 2,29, es decir, tuvimos una súper apreciación cuando deberíamos haber tenido una súper depreciación: nos hicimos mucho más caros, justo cuando nos teníamos que hacer más baratos. Además, con desaceleración de la inflación argentina y todo, seguimos duplicando cómodos a la inflación de Brasil, China, Chile o México (ni hablar de EEUU o Euro Área), así que cada día que pasamos sin depreciar la moneda es un día que nos volvemos todavía más caros.
Como la alternativa de clavar el tipo de cambio en 3,30-3,50 $/u$s se parece mucho a la de hacer política contractiva que nos hunda más en la recesión, nosotros creemos que estamos a las puertas del inicio de una carrera nominal posta-posta. La señal de largada la dará el mismo viejo verde de siempre, por más que algunos corredores (precios, salarios) se hayan adelantado y otro (tasa de interés) hoy corra para evitar que el verde despegue.
4 comentarios:
EXCELENTE "Cookie" jajaja... la verdad que está muy bueno (aunque la realidad sea para suicidarse...) y me gustaron mucho los links jajaja, me reí con un par...
Abrazo,
Gracias Agus!
No creo que sea para suicidarse, pero es como el juego de las sillas: los que tenemos más recursos, mal que mal, le vamos a encontrar la vuelta para sentarnos.
Lo que más me procupa es que muchísima gente sin recursos se va a quedar en bolas.
Es socialmente muy injusto y además preocupante, porque van a aumentar mucho los niveles de violencia social. Demasiada gente sin nada que perder: lamentable y aterrador.
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